viernes, 10 de diciembre de 2010

Lluvia Gris y Clara

Siento que el día llora conmigo, llora un poco por mi, llora porque entiende mi pérdida, el día llueve para lavar, llueve porque tal vez alguna forma de él está presente en cada gotita.
Los duelos son dificiles, porque en gran parte se trata de aceptación, y yo no puedo aceptar. En parte se trata de comprender la realidad, pero yo no puedo comprender una realidad en la que no estés vos. Yo no puedo aceptar esa realidad, porque no la quiero.
Y la muerte es el "nunca más" mas gigante e inmenso que existe, es el infinito mismo frente a una materia finita. Y es tan inabarcable como el cielo, tanto que no puede entenderse, sus dimensiones, sus orillas.
Los duelos son dificiles en nuestra cultura, por que estamos acostumbrados a desnaturalizar lo que es natural, acostumbrados a llamar a la naturaleza "tabú", sexo, olores, muerte, deseos, todo aquello inherente al hombre se convierte de repente en un tema con el que se tiene que tomar recaudo, prudencia.
Lo único que sé es que en este momento me encantaría pertenecer a alguna de esas culturas que celebra la muerte como un traspaso hacia un mundo superior, de esas culturas que son felices porque creen la felicidad nuevamente, superior, de la persona que parte. De esas culturas que entienden realmente que no existe ni principio ni fin.
No te voy a mentir, te extraño demasiado, te necesito demasiado, te adoro demasiado, cada parte de mi ser daría la vida por verte y abrazarte una vez más, por cebarte un matecito más, por verte las canas en todo el pelo, por tus ojos pícaros que miran mientras yo misma me voy moldeando hasta convertirme, en un proyecto al menos, de mujer. Y cuánto pensaba que no me parecía en nada, y qué similar me encuentro a veces, y a veces cada vez más a vos. Tu cuerpo finito dejó la vida misma en cada una de las personas que te reviven en la memoria y en el alma.
Brindo por que estés en paz, porque estés feliz, porque estés pleno, porque me mires aunque yo no sepa, porque te amo y porque amarte es el mejor homenaje que te puedo hacer después de tantos días que gregorianamente hablando hicieron el nº 5 en plastilina. Porque despues de todo si algo aprendí en todo este tiempo es que el amor es incluso más inmenso que la muerte y la materia, que traspasa al tiempo y al espacio, que no necesita de lógica o entendimiento, que es más infinito y que nos vamos a volver a ver.
a mi sol, a mi payasito, a mi gordito, al capitán marcelius, a mi adorado papucho.-